“La cuestión del archivo no es una cuestión de pasado. […] Es una cuestión de futuro, la cuestión del futuro en sí mismo, la cuestión de una respuesta, de una promesa, de una responsabilidad para el mañana” (Derrida en Guasch, 2011: 10).
Cuando hablamos de archivo contra-histórico no nos referimos “al archivo unido a la cultura objetual y a la lógica de los sistemas de memoria materiales” (Guasch, 2011: 15), sino a un archivo “basado en la información virtual que sigue una racionalidad más próxima a lo flexible y no estable, no ordenado linealmente y al margen de toda jerarquización” (Guash, 2011: 15). Nos referimos a un conocimiento producido fuera de cátedra, en la cháchara, o lo que Michel de Certeau (1990) denominó como las “artes de hacer”, una forma de nombrar “las prácticas resistentes, clandestinas, informales, e históricamente continuadas de producción y consumo de cultura y saber, en los márgenes de la cultura dominante” (Ptqk, 2013: 167). A continuación proponemos algunos conceptos teóricos y algunas estrategias metodológicas con las que podemos comenzar a transformar el archivo convencional desafiando las lógicas de poder y de organización del archivo hegemónico desde una perspectiva activista feminista.